El clavel es una planta herbácea originaria de la zona mediterránea, aunque también conocida en la península ibérica. La flor pertenece a la orden de las Caryophyllales, familia de las Caryophyllaceae, y la mayor parte de sus especies florece durante todo el año.
Los claveles son flores muy aromáticas y coloridas, y son frecuentemente cultivadas para ser obsequiadas.
Se reconoce especialmente tres grandes variedades de claveles de cultivo masivo las cuales se agrupan en "Dianthuscaryophyllussubsp. Coronarius", "Dianthuscaryophyllusvar. Coronarius", y "Dianthuscaryophyllussubsp. Coronarius". En el caso del cultivo ornamental, resaltan el clavel común, el clavel del poeta, el clavel coronado, el clavel de roca y el clavel de China.
Como en el caso de otras flores, los claveles reciben su nombre en la antigua Grecia cuando los sabios de la época empezaron a realizar los primeros compendios de botánica de la zona.
Fue el griego Theopharastus quien catalogó la flor bajo el nombre "Dianthus", nombre aún usado en la actualidad. El nombre deriva de dos palabras griegas: "Dia", o dios; y "anthos", que significa flor. En otras palabras, los claveles fueron reconocidos por su belleza como "las flores de Dios".
El cristianismo tiene también una leyenda en torno al origen de esta flor, la cual indica que los claveles nacieron de las lágrimas de la Virgen María cuando Cristo era llevado hacia el monte Gólgota cargando la cruz. Por eso es común ver esta flor adornando templos católicos.
Los claveles son reconocido fácilmente porque son flores cespitosas, es decir, que poseen un tallo subterráneo corto que crece dando matas densas de hasta un metro de altura y de entre 6 y 8.5 centímetros de diámetro.
Los claveles poseen hojas lineales, angostas, opuestas y envainadoras, y cada tallo forma una flor terminal de no menos de cinco pétalos festoneados (con ondas) o con dientecillos. En algunas partes del mundo se han registrado flores de esta familia de hasta 40 pétalos, así que todo depende de la especie.
Como los claveles son flores bisexuales, florecen en un grupo ramificado o bifurcado. La flor tiene fuerte fragancia y sus colores más comunes son el rojo, rosado, blanco, amarillo y mixto. Los diferentes tamaños de la flor permiten clasificarla para su venta, siendo los claveles de 60 centímetros los favoritos en el comercio. También se encuentran variantes de 50 centímetros, de 40 centímetros y de 30 centímetros a menos. Estos últimos son usados especialmente en ramilletes.
Como mencionábamos líneas arriba, los claveles florecen todo el año, y en sus variedades comerciales pueden llegar a producir hasta 20 tallos al año.
El origen de los claveles se remonta a miles de años atrás, en referencias por su uso en los adornos, las coronas florales y la perfumería. Estudios recientes indican que la flor nació en tierras mediterráneas, pero gracias a la migración y a la colonización se extendió muy rápido por todo el mundo.
También hay reseñas de los claveles en la cultura griega y los inicios del cristianismo gracias a los filósofos que dataron su presencia en la zona. Además, seconoce la presencia de la flor en la Antigua China, siendo usada en oriente en perfumería y adornos. Del mismo modo, fue un importante símbolo de Imperio Otomano.
Se señala que fue Luis IX de Francia quien introdujo el clavel en los jardines de Europa desde Túnez en el siglo XII. Ya en 1629 se reconocían más de 20 variedades de la planta, cifra que ha crecido rápidamente en todo el globo hasta superar las 250 especies.
El médico botánico español, Vicente Cervantes, escribió sobre la flor en el siglo XVIII, señalando que tenía propiedades sudoríficas para tratar las fiebres por las erupciones cutáneas.
Durante los últimos dos siglos, el trabajo de los científicos y botánicos se ha centrado en crear híbridos del clavel que puedan generar flores dobles o de mayor tamaño.
El clavel puede encontrarse en gran cantidad de países alrededor del mundo, siendo sus áreas más comunes las zonas mediterráneas a 30 a 45 metros de altitud. Por eso es común ver especies de la flor en Estados Unidos, Chile, Sudáfrica, Australia, Colombia, México y Kenia.
Su adaptación es muy buena y rápida, y la flor llega incluso a soportar temperaturas bajas sin helarse.
El clavel es la flor nacional de España, pero se pueden también encontrar muchas variantes en Asia.
Un país americano es el que posee el baluarte de exportaciones de esta flor: Colombia. Bogotá ha hecho del comercio de claveles una importante fuente de ingresos, consolidándose como en principal productor de esta flor en el mundo con más del 50% del mercado en sus variantes normal y mini claveles.
Le siguen bastante lejos Kenia (con el 20%), Holanda (con el 17%) y Turquía y España (con el 10% entre ambas).
Tanto Ecuador como Guatemala también han expandido sus áreas de cultivo de esta flor en los últimos años, siendo la variedad de mini clavel la más popular en sus campos.
El cultivo de claveles para exportación cobra cada vez mayor fuerza en el territorio peruano. Actualmente, nuestro país es el noveno proveedor de estas flores al mercado estadunidense, así como a los Países Bajos y el resto de América.
Actualmente, el Ministerio de la Producción reconoce el cultivo del clavel en toda la franja costera nacional, siendo un caso de especial interés el sucedido en la región Lambayeque. Esta zona del país no posee el mejor clima para la especie, no obstante, el cultivo de la flor ha sido posible gracias a los invernaderos y a la reproducción de la flor a través de tecnológicas de propagación in vitro. Ambas propuestas han permitido mejorar todo el proceso de plantación, cosecha y post cosecha, y se espera que las regiones de cultivo en la zona sean ampliadas en un 15% en los próximos años.
La firma de Tratados de Libre Comercio (TLC) ha permitido también que nuestras flores tengan prioridades de venta en el extranjero, por lo que se espera que la demanda internacional siga en aumento.
Al igual que en otras flores, los claveles tienen una simbología importante en base a sus colores. Esto permite saber qué tonalidad es la más recomendable para obsequiar en cada ocasión.
Los claveles blancos son símbolo del amor puro, la inocencia y la fidelidad, y son muy bonitos para decorar en las bodas. En algunas partes del mundo se dice que son flores de buena suerte y se recomienda tenerlas en casa.
Los claveles amarillos no reflejan alegría, como en el caso de otras flores, sino desilusión y pena por un amor no correspondido. Algo parecido sucede con los claveles púrpuras que muestran el lado más infantil de las personas.
Por ejemplo, los claveles rojos son especiales para poder mostrar el amor y la admiración por las personas que queremos. A más intenso sea el color, más pasión refleja.
Algunas culturas, los claveles rayados o de varios colores son símbolo de rechazo. No son un regalo muy común y pueden llegar a malinterpretarse.
Los claveles rosados también son símbolos de amor, pero maternal y de familia. Este color es el reconocido por el cristianismo como el que nació de las lágrimas de la virgen María.
Los claveles verdes son comunes en la festividad de San Patricio, relacionándose con esta celebración irlandesa.
Diversas culturas reconocen ciertos usos medicinales para la flor del clavel, refiriendo que la planta tiene propiedades antialergénicas, antiespasmódicas, entre otras.
Entre sus principales usos, se recomienda el de la infusión de la flor en caso de agotamiento de los nervios y el corazón. Se dice también que puede ayudar a acabar con el insomnio o a regular los desequilibrios hormonales.
Los claveles también poseen una sustancia que ayuda a reducir la inflamación y la hinchazón, especialmente durante el periodo menstrual y en otras dolencias relacionadas a los tejidos uterinos.
Quienes sufren de alergia pueden usar cataplasmas de la flor para reducir los eczemas o erupciones de la piel. También da buenos resultados para promover la cicatrización y la regeneración.
En el caso de la aromaterapia, se menciona que el aroma de la flor puede ayudar a aliviar el estrés, el nerviosismo, la fatiga y la depresión en ciertos casos. Se dice que puede incluso motivar espiritualmente y alejar a los mosquitos.
Es posible cultivar claveles en casa, aunque es importante elegir con cuidado el tipo de suelo en donde se plantará la semilla:
Se recomienda no usar suelos secos, sino porosos que puedan mantener el agua. La semilla debe ser ubicada en donde pueda crecer con luz directa. La luz solar determinará el tamaño y el número de flores en muchos casos. La germinación del clavel puede tardar entre 2 a 3 semanas en ambiente cálido.
Los claveles necesitan de muchos nutrientes, así que se recomienda abonar la plantación una vez ala semana en sus primeras semanas y luego una vez al mes.
Se recomienda pinzar la planta dos veces, es decir, quitar sus primeras flores para fomentar su crecimiento. El primer pinzamiento se debe realizar a los 15 días de haber plantado la semilla. El segundo puede esperar a los 40 días, dependiendo los cambios observados tras el primer pinzamiento. El pinzamiento se puede realizar con las uñas sin necesidad de usar una tijera y no debe realizarse cerca a la raíz porque esto afecta el florecimiento. A más alto sea el pinzamiento, mejor serán los resultados.
Se recomienda mantener una sola flor en el tallo. Los botones extras deben ser eliminados cuando miden entre 3 y 4 milímetros de diámetro.
El riego de la flor debe ser regular y constante, dependido del calor de la temporada. Si se va a realizar un traspaso de maceta, se recomienda que se realice en otoño.
Las flores de claveles, con el cuidado adecuado, duran mucho tiempo, por eso son especiales para obsequiarlas en visitas a nuevos hogares. El cultivo del clavel es delicado. La flor puede ser rápidamente atacada por plagas como ácaros, pulgones, minadores y nematodos. También puede sucumbir ante enfermedades como la Mancha folirar, hongos diversos, virus de las manchas anilladas, virus que jaspean sus flores, etcétera.
Los claveles son usados en los rituales mágicos, especialmente en la elaboración de pociones que atraen al amor. También algunas personan creen que pueden atraer fuerza y protección, por lo que mantienen la flor siempre cerca a la puerta de sus hogares.
Las flores rojas de los claveles expresan mucha pasión, es por esto que es común verlas en manifestaciones o pancartas alusivas. Las flores de los claveles son comestibles y son usadas también en la gastronomía. Muchos de los productos comerciales como jabones, perfumes y lociones contienen la esencia de esta aromática flor.
Colombia no sólo lidera el mercado mundial de claveles. Los genetistas del país han logrado crear claveles azules, los cuales han cobrado mucha popularidad en Europa. Los claveles florecen con mayor frecuencia que otras flores, abarcando casi toda la primavera y el verano.
Un levantamiento militar en 1074 en Portugal fue llamado "La revolución de los Claveles". Este movimiento permitió la caída de la dictadura de António de Oliveira Salazar y la independencia de las últimas colonias portuguesas.
La simbología del clavel es variante en todo el mundo, pero muchos señalan que, a diferencia de la rosa, el clavel demuestra un amor pasional que exige atención. El mensaje es claro: "o me cuidas, o me voy".
Los claveles se encuentran entre las tres flores más populares del mundo y la industria de la floricultura recibe altos ingresos por su comercio. Si bien el clavel es la flor oficial de España, también está presente en los símbolos de Ohio, estado de los Estados Unidos. Lo curioso es que no existe ninguna especie de clavel silvestre en su estado natural en este estado norteamericano. En España, el clavel es la flor del mes de enero y es común verla en las festividades del país.
Se dice que durante la Revolución Francesa se usaron los claveles para esconder mensajes revolucionarios. Los espías aprovechaban la gran cantidad de pétalos de la flor para esconder pequeños mensajes.
En algunos países se ha iniciado el cultivo de clavel al aire, es decir, de un variante de la flor que se pega a los árboles. El clavel no es parasitario, y puede vivir así mejor y más tiempo al absorber los minerales y agua a través de sus hojas.
Hana Flowers - Perú 2015