Más allá de quedar muy bonitas y ser decorativas, nos brindan ventajas en otras áreas, como ser la productividad y el buen ambiente.
Las flores tienen la capacidad de crear un ambiente más relajado entre los que trabajan en la oficina. Esto tiene diferentes razones, como por ejemplo, por ver algo colorido entre tanto gris del cemento o por aspirar el aroma. Todo ello repercute en mejorar el estado anímico y en consecuencia, mejorar la relación con los que tenemos alrededor, además del rendimiento laboral en general.
Pasamos muchas horas en un espacio que no siempre tiene una buena ventilación ni un lugar al aire libre para respirar. Colocar flores y plantas en la oficina sirve para absorber el dióxido de carbono y convertirlo en oxígeno. Es decir, que estaremos respirando un aire mucho más puro y menos cargado. Lo que contribuirá a que nos enfermemos menos. Si a eso le sumamos el hecho de que aumentan la humedad ambiente, las mucosas, la piel y la garganta se encontrarán más hidratadas, reduciendo los efectos del aire acondicionado y de la calefacción.
En las oficinas, los ordenadores, las impresoras, las fotocopiadoras, los teléfonos móviles y otros dispositivos generan un campo de electricidad que puede hacernos mal al estar junto a él durante tantas horas al día. Las flores tienen la capacidad para disminuir la estática de los aparatos electrónicos.
Sobre todo en sitios cerrados o con suelos duros. Las flores y las plantas pueden ahogar esos sonidos que nos hacen mal a los oídos y que repercuten en nuestra cabeza, ocasionando dolores. Son perfectas para trabajos donde se utilizan ciertas máquinas o los procesos son demasiado ruidosos. También pueden eliminar el humo, los patógenos y el polvo de estas máquinas.
Así como también la capacidad para estudiar y concentrarnos, incrementando el rendimiento de los empleados, reduciendo el estés laboral y consiguiendo mayor efectividad en las tareas.
Hana Flowers - Perú 2015